La mayoría del conocimiento documentado acerca de la reacción al estrés se basa en casi 50 años de estudios bioquímicos en hombres.
Actualmente se trata de corregir este sesgo de género, derivado de la dificultad de estudiar a la mujer a causa de los complejos cambios cíclicos de su sistema neuroendocrino.
En el 2003 un grupo de científicos auspiciados por el Instituto Nacional de Salud Mental consideró que la reacción de la mujer al estrés es significativamente diferente de la versión masculina. La describen como una reacción de “cuidar y favorecer” en vez de “luchar o huir”.
En el proceso de evolución por la supervivencia, los hombres se protegen a sí mismos y su progenie: peleando o huyendo; las mujeres promovieron la supervivencia protegiendo sus hijos contra los peligros-cuidando- y fomentando grupos sociales para compartir los recursos y fortalecer la seguridad colectiva-favorecer-.
Actualmente se trata de corregir este sesgo de género, derivado de la dificultad de estudiar a la mujer a causa de los complejos cambios cíclicos de su sistema neuroendocrino.
En el 2003 un grupo de científicos auspiciados por el Instituto Nacional de Salud Mental consideró que la reacción de la mujer al estrés es significativamente diferente de la versión masculina. La describen como una reacción de “cuidar y favorecer” en vez de “luchar o huir”.
En el proceso de evolución por la supervivencia, los hombres se protegen a sí mismos y su progenie: peleando o huyendo; las mujeres promovieron la supervivencia protegiendo sus hijos contra los peligros-cuidando- y fomentando grupos sociales para compartir los recursos y fortalecer la seguridad colectiva-favorecer-.
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