
Los ejecutivos cuya fisiología sufre los embates del estrés se agotan más rápidamente, crean tensiones y conflictos, y piensan con la mente embotada, todo lo cual puede obstruir la productividad de la organización y a la vez sus arterias coronarias, además de otras manifestaciones como colitis, dolor de cabeza, mareo por falta de sueño. De igual forma el cerebro también sufre, la ira y la frustración obstaculiza las habilidades cognoscitivas óptimas que usualmente identifican al alfa.
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